Compartimos el audio de la sesión «Bienes Comunes y cooperativismo: la base del municipalismo». Este encuentro, que tuvo lugar el pasado 28 de noviembre en la Lleialtat Santsenca, nos permitió hablar un rato con Pierre Dardot, co-autor junto a Christian Laval de libros como La Sombra de octubre y Común, ambos editados por Gedisa, a quienes agradecemos mucho las facilidades para montar este acto. Para establecer el diálogo con Dardot, se sumaron a la sesión Ivan Miró (Ciutat Invisible) y Laia Forné (Regidoria de participació de l’Ajuntament de Barcelona). La sesión estuvo conducida por Jaime Palomera (La Hidra), quien junto al proyecto cooperativo Àula d’idiomes, hizo la traducción consecutiva de Dardot.
El libro «La sombra de octubre» habla del fracaso del comunismo de Estado, pero ante todo revisa qué significaron los primeros soviets, que nacieron meses antes de que estallara la revolución bolchevique. El libro revisa la errónea interpretación de esas experiencias de autogestión obrera, que deben diferenciarse del comunismo de Estado. Estas formas de autogobierno democrático –así se defiende en «La sombra de octubre»– prefiguraban una forma de organización de lo común desestatalizada. En la última parte del libro, Laval y Dardot lanzan algunas reflexiones sobre las posibilidades y los retos actuales a la hora de poner en marcha práticas de comunismo sin Estado. Los derechos de uso, el autogobierno y los procesos de desmercantilización, deben ser los fundamentos de una democracia basada en la acción de comunidades políticas y no de sujetos individuales que interactúan en el mercado capitalista bajo la regulación del Estado. Este planteamiento, que huye de una visión idílica y armónica de lo comunitario, no deja a un lado los procesos de disenso de este largo camino, puesto que si alguna base política tiene lo común, viene por su capacidad para plantear un conflicto frente al status quo.
A partir de este enfoque que propone el libro, Palomera lanzó algunas preguntas para todas las personas invitadas a la sesión. Entre otras preguntas: ¿cuáles son las instituciones del común que hoy estamos impulsando para hacer frente a las necesidades urbanas?, ¿son formas autónomas, son realmente procesos de contrapoder frente al Estado o son formas de articulación entre lo público-estatal y lo público-común? ¿se puede hablar de prácticas autónomas si, de diversas maneras, dependen del apoyo del Estado?