En el mito del garaje, los emprendedores siempre parten de cero. Se dice que montaron sus cacharros en ese agujero húmedo que poco a poco se fue convirtiendo en una startup hasta que recibieron el abrazo cálido de Wall Street. La generación espontánea, una hipótesis metafísica que las ciencias naturales desestimaron pero que algunas teorías económicas insisten en mantener. Que los emprendedores se hacen a sí mismos no es que […]